viernes, 10 de diciembre de 2010

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Hace un buen tiempo que ya no escribo. He dejado descuidado el blog que era mi principal vía de catarsis, lo he dejado abandonado como a un juguete que de tanto usar se aburre de tenerlo. En todo este tiempo las cosas en el Perú han ido de mal en peor. Los asaltantes entran a robar como si fueran dueños de la casa, los ministros cobran jugosas liquidaciones, los reos tiene su propio cementerio y los presidentes dan cachetadas, dicen “no seas cojudo, hombre, la plata llega sola” y dan sus preferencias políticas como si promulgaran una nueva ley populista. 

Y en este tiempo que he dejado abandonado mi blog también me ha pasado de todo; supongo que mi blog, valiéndose de redes invisibles-no sé de su existencia y espero que mi enamorada me apoye en esta idea-se ha ingeniado para torturarme indirectamente en una especie de venganza cibernética silenciosa. En el último post que fue hace más de dos meses me quejaba de las elecciones en el Perú, de cómo tuve que pagar una multa que ellos mismos ocasionaron por su ineptitud y su falta de tino; pero también, me quejaba de un dolor de muela jijuna, que a la semana siguiente de las elecciones me mando al dentista. La dentista, una señora muy amable y entregada a su trabajo, me dijo que la muela del juicio estaba saliendo mal y que tenían que sacármela para evitar problemas. Yo, obstinado y terco, decidí doparme por más de un mes-hasta ahora lo sigo haciendo- para poder sobrellevar los dolores de esta muela tan cabrona. Pasaron unos días y milagrosamente me fractura la falange del dedo índice de la mano izquierda; esa lesión me dejo si jugar la semana de ingeniera y me hizo desconfiar de los médicos, especialmente de los traumatólogos, por primera vez en mi vida. Y empecé a desconfiar de los traumatólogos porque mi traumatólogo de turno tenía complejo de doctor House y trataba de atinar su diagnostico con solo mirarte la cara de pobre paciente que desconoce mayormente de medicina y especialmente de fracturas. 

Para cerrar con broche de oro las venganzas de este blog tan revanchista, hasta ahora no consigue mi PPS... así es; así que si algún alma de buena fe me quiere dar trabajo en Wong, Metro, Hyundai o algo parecido avísenme y aceptare gustoso cualquier oferta.
A pesar de todas las cosas; ahora, escribo más tranquilo, sin los cursos de la universidad amenazando mi sueño y mis ansias de escribir y escribir así es uno de los placeres más gratificantes que he podido encontrar. Ahora no se qué será de mi futuro inmediato; yo prefiero pasar mis vacaciones a mas de 3000 msnm tratando de aprender bastante, leyendo cualquier cosa que se cruce en mi camino y escribiendo las tonterías que habitualmente escribo y también prefiero leer hasta tarde, levantarme moderadamente tarde y visitar a mi enamorada y quedarme horas de horas a su lado intentando hacerla sonreír cada segundo; aparte de eso, para justificar mi verano en Lima, llevare algún curso de software minero o algo parecido. Bueno será lo que el destino quiera que sea.

En estos días limeños que me quedan antes de volver a mi Chiclayo caluroso me he propuesto leer algún libro de los muchos que compre en la feria del libro PUCP, sacar mi licencia de conducir de una buena vez y sacarme la muela cabrona que hasta ahora no quiere darse por vencida  y fastidia y duele como ella sola.

1 comentario:

  1. ya era hora d q escribieras algo Julito.............. oe ya quede con condor para llamarlo cuando estemos alla

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