domingo, 3 de octubre de 2010

Yo no voto

Son las 10 a.m. de un domingo de elecciones, me levanto, me cambio, desayuno y subo al carro para ir a votar. Son mis primeras elecciones y una especie de nerviosismo prematuro y tonto me embarga; repaso una y otra vez las figuritas que marcaré para no fallar cuando este frente a la cédula. Llego al colegio donde debo votar, bajo del carro, entro a un aula bastante limpia, con las paredes repletas de carteles de papel lustre o papelotes tapando algunas imágenes que podrían amenazar la imparcialidad de estas elecciones y me dirijo a una mesa de votación. Julio Mondragón Dávila, me identifico; me alcanzan la cedula, voy a la cámara secreta y marco las opciones que para mí son las mejores, introduzco si cédula completamente cerrada en la urna, mancho mi dedo de tinta violácea, salgo de salón y me subo nuevamente al carro sintiéndome un mejor y más ciudadano. Ojala todo hubiera sucedido así.

Son las 10 a.m. de un domingo de elecciones, se por quien voy votar pero lo haré porque no tengo otra opción o porque me parece la menos mala opción. Estoy algo nervioso porque será la primera vez que votare. Desayuno, me cambio y subo al carro para ir a votar. Por esta elección, espero que sean la última, me ha tocado votar en un lugar bastante recóndito. Son las 11:30 a.m., de pronto al voltear la esquina, después de sortear cinco o seis desvíos vehiculares-sin exagerar-, para entrar a la carretera central, nos chocamos con un mar de carros y personas. La procesión de carros avance como si tuvieran una tortuga por delante y ya nadie se toma la molestia de tocar el claxon o tratar de pasar al carro de adelante porque es mediodía y hay tiempo suficiente como para llegar a tiempo a nuestras mesas de votación.

Después de avanzar una cuadra, mi muele del juicio empieza a taladrar a mi diente molar. El dolor se agudiza con cada segundo que pasa pero cada segundo que pasa el carro no avanza. No aguanto más el dolor y en vista que el carro no se mueve bajo en busca de alguna farmacia para doparme y dopar a la muela abusiva. Camino una buena cantidad de metros hacia delante y me encuentro con una farmacia algo chica. Entro, pido una PANA*** FORT* y una vaso de agua; pago por la pastilla y salgo. Busco el carro, suponiendo que después de 5 minutos de bajar de él, ya debe estar a mi altura o más adelante que yo, entro a la pista de carros estáticos y ve, en el mismo lugar que lo deje al mío(o al de mi hermano).

Son las 2:30 p.m. y hemos avanzado como máximo siete u ocho cuadras. Y el tráfico se hace más angustiante y lento. Prendimos la radio hace una hora y los informes del caos vehicular y el desorden organizacional inundaron nuestros oídos. Los conductores radiales dan toda clase de recomendaciones a los electores; lamentablemente ninguna es aplicable a mi caso; no puedo estacionar mi carro porque no hay lugar donde hacerlo y no puedo bajar y caminar porque no estoy ni a 10 ni a 15 cuadras sino a 10 km. Odio a todo el sistema político y burocrático peruano. Marco el número de la radio para dar una queja al aire, con el escondido placer de escuchar mi voz por la radio, pero el teléfono está ocupado. Se escuchan quejas de personas con el mismo problema que yo; es decir, que viven en un límite del distrito y los mandan a votar al límite opuesto del mismo. Son las 3:40 p.m. y la última novedad en la radio es que no habrá prorroga de la votación; que las mesas se cierran a las 4:00 p.m. en punto y no hay discusión. Nos convencemos de que no llegaremos ni aunque la votación se prorrogue a las ocho de la noche. Vemos una berma totalmente destruida y damos la vuelta en U.

No pude votar, no soy completamente un ciudadano y tengo que pagar una multa que considero totalmente injusta porque no pude hacer nada para evitarla. Esto me lleva a muchas conclusiones y de todo tipo; unas más cuerdas que otras pero finalmente conclusiones. Creo que el voto debe ser voluntario; es decir, nadie te puede obligar a votar si es que tú crees que ningún candidato te convence y si ningún candidato te convence cual es el chiste de movilizarte para votar en blanco. ¿Alguien ha pensado en actualizar la manera en que se vota?, ¿alguien dijo voto on-line? Podría ahorrar muchas molestias, tachas de padrones, gasto de papel, gente movilizada, teorías de fraude, etc. Por otro lado, ¿por qué no multamos a los alcaldes que no terminan las obras? Hoy fue día de elecciones y había cinco desvíos vehiculares en todo mi trayecto; ¿Por qué se deja las obras para el final de cada gobierno? ¿Solo con fines electorales? Entonces, ¿si no se sigue en el poder no se las termina o es un “regalito” para el que viene?. Finalmente, ¿qué gana el JNE o la RENIEC o la ONPE mandándonos a votar a un lugar que probablemente no conozcamos y que queda al lado opuesto del distrito? ¿Acaso encontraron una nueva forma de impulsar turismo distrital?

Para terminar y no aburrir a las pocas personas que lean esto, no creo q sean muchas, declararé para quienes hubieran sido mis votos. Para Lima, Gonzalo Alegria, a pesar de que muchos digan que es un payaso por haberse disfrazado de Hulk el dejo muchas cosas atrás para venir a Lima y ser Alcalde, cosas mejores que probablemente no le ofrezca la alcaldía de Lima ni ningún otro cargo público acá en Perú. Para Ate, Dupuy, porque cerro la chingana frente a mí casa y ahora no hay gente ebria hasta las 3 o 4 de la mañana poniendo la música de su carro a todo volumen. Y en el referéndum, el SÍ; porque creo en la justicia. Ahora, esperare hablar con mis papas para que me paguen la multa y con ella para que arregle mi día con la melodía de su voz.